Las primeras etapas en la vida de una persona son muy importantes por muchos aspectos. Durante los primeros días de vida puede empezar a forjarse la personalidad que tendrá una persona el día de mañana y también se producen las primeras heridas emocionales.
La terapia Gestalt en Barcelona puede ayudar a curar esas heridas emocionales. Muchos problemas que se sufren actualmente pueden tener sus inicios en estas heridas, por lo que reconocer las heridas emocionales de la infancia y saber cómo sanarlas es la base para solucionar dichos problemas.
En este artículo vamos a aprender más acerca de las heridas emocionales de la infancia para que sepas la importancia que tienen. Si sientes que tienes estas heridas que afectan a tus emociones y necesitas sanación, te recomendamos acudir a terapia cuanto antes.
Qué son las heridas emocionales de la infancia y cómo reconocerlas
Las heridas emocionales de la infancia son cicatrices emocionales que se forman en la niñez del individuo debido a experiencias dolorosas o traumáticas. A pesar de que son heridas que se forman en la infancia, estas pueden tener un impacto duradero en la vida de la persona. Como vamos a ver más adelante existen diferentes tipos de heridas, cada una formada por distintos motivos.
Reconocer las heridas emocionales de la infancia no es algo tan sencillo. A pesar de la dificultad que se presenta a la hora de reconocerlas, existen ciertas señales que nos pueden indicar que realmente tenemos dichas heridas.
Una de las señales más evidentes es cuando existen patrones repetitivos en las relaciones, sobre todo cuando son dañinos. Un ejemplo de esto sería sentirse atraído por una persona que nos lastime o, por otro lado, cuando se tiende a mantener relaciones con personas que no nos hacen bien de ningún modo.
La baja autoestima también es una señal de que puede haber una herida emocional de la infancia, así como el miedo al abandono o la dificultad para expresar emociones. Las personas que tienen heridas emocionales de la infancia también suelen tener problemas de confianza y habitualmente tienen pensamientos negativos o críticos.
5 Heridas de la infancia y sus máscaras
En este artículo hablaremos sobre las 5 heridas de la infancia y sus máscaras. Profundizaremos en la herida de la injusticia, la de la humillación, la traición, el abandono o el rechazo. También explicaremos cómo se pueden sanar.
Cómo empezar a sanar las heridas de la infancia
Sanar las heridas de la infancia es un proceso que requiere tiempo y mucho esfuerzo. Una de las formas más efectivas para poder sanar las heridas de la infancia es acudiendo a terapia. Nosotros contamos con un equipo profesional adecuado para poder tratar cada una de tus heridas y sanarlas de la mejor forma posible para que te sientas mejor contigo mismo.
Otras formas de empezar a sanar las heridas de la infancia consisten en tratar de desarrollar habilidades sociales para construir relaciones saludables, el autoconocimiento de la persona o llevar a cabo prácticas de mindfulness.
Cada persona puede contar con unas necesidades diferentes de cara a empezar a sanar estas heridas de la infancia, ya que cada herida es diferente y las características de la persona también lo son. Independientemente de todo esto, lo importante para empezar a sanar estas heridas es dar el primer paso cuanto antes y buscar toda la ayuda que se pueda necesitar.
Herida de injusticia en la infancia y cómo sanarla
La herida de la injusticia en la infancia es una de las más comunes y se produce cuando el niño ha experimentado situaciones repetitivas en las que siente que se le trataba de forma injusta o poco equitativa.
Esta herida se suele originar cuando el niño ha experimentado frialdad y autoritarismo por parte de una figura de autoridad. La constante sensación de injusticia acaba dejando esta marca que afecta a la autoestima y confianza en sí mismo.
Para sanar esta herida es importante explorar las experiencias pasadas que contribuyeron a la creación de dicha herida. El siguiente paso consiste en reconocer que las opiniones y necesidades de los demás también son válidas. Se debe cambiar la percepción de las experiencias pasadas hasta encontrar lecciones de crecimiento y empoderamiento.
Finalmente, se debe transitar el cambio a través del movimiento y la acción poniendo en práctica respuestas diferentes desde una posición de igualdad y de fortaleza.
Herida de humillación en la infancia y cómo sanarla
Como su propio nombre indica, esta herida de la infancia se origina debido a situaciones en las que la persona se ha sentido humillada, menospreciada o, por cualquier otro motivo, avergonzada de sí misma.
La humillación se puede sentir de diferentes formas, desde una humillación verbal debido a comentarios despectivos o insultos, hasta una humillación física o emocional como podría ser el bullying.
Al igual que con la otra herida, para empezar a sanar la herida de humillación hay que revisar de dónde viene el problema. A partir de aquí es importante empezar a reconocer el valor de cada uno, tratando de reconectar recuerdos y sensaciones vividas que hacían al individuo sentirse bien.
El siguiente paso consiste en resignificar la historia vivida para terminar transitando el cambio a través del movimiento y la acción. Esto implica poner en práctica toda clase de respuestas diferentes desde la seguridad y el valor.
Herida de traición en la infancia y cómo sanarla
La herida de traición en la infancia se produce cuando, en la niñez, se experimenta una sensación de engaño por parte de figuras de confianza como pueden ser el padre o la madre. Se trata de un momento muy doloroso que puede tener como origen promesas no cumplidas o no sentirse todo lo protegido que un niño necesita durante su crecimiento.
Esta herida emocional conecta con la desconfianza de otras personas, los resultados o la dependencia, además del control o la inflexibilidad entre otros.
Una persona que sufre una herida de traición puede experimentar dolor, ira, tristeza, confusión y desconfianza. Cuando no existe confianza en cualquier relación existe un problema, ya que es un pilar fundamental. Una persona que sufre esta herida difícilmente confiará en los demás y será muy cautelosa en sus relaciones.
Una vez más, para tratar esta herida de la traición es importante mirar los orígenes de la misma. A partir de aquí se pueden realizar toda clase de ejercicios que impliquen flexibilidad mental, por ejemplo, buscar soluciones alternativas a los problemas que se producen hoy en día. También será fundamental aprender a incorporar la metaobservación para trabajar la tolerancia, la flexibilidad o el control.
Herida de abandono en la infancia y cómo sanarla
La herida del abandono se manifiesta cuando alguien que era importante para la persona se aleja o deja de proporcionar apoyo emocional o físico. Este problema que se origina desde bien pequeños suele recaer en la figura de los padres, ya que son los referentes de la vida del pequeño.
Una persona que sufre esta herida se suele sentir identificado con frases como “siento que me dejan solo”, “siento que no le importo a nadie”, “me cuesta mucho confiar en los demás…”. Cuando se produce esta herida, habitualmente se recurre a la soledad para evitar enfrentarse a la tristeza que supone el abandono. Algunos de los comportamientos más asociados son los de inseguridad o dudas constantes sobre si alguien nos ama o nos aprecia.
Para trabajar en la sanación de esta herida es importante una etapa de reconocimiento y autoaceptación del problema. Abordado el problema es importante permitirse sentir y expresar las emociones que tienen que ver con la herida y también cultivar el cuidado y la autoestima.
Herida de rechazo en la infancia y cómo sanarla
Finalmente, la herida del rechazo. Esta herida se puede tener cuando un niño tiene la sensación de que ha sido rechazado por sus padres, por ejemplo, si piensa que sus padres no han querido tenerle.
Esta herida del rechazo presenta dos síntomas bastante reconocibles, las enfermedades y comportamientos. Una parte de nosotros no se encuentra bien y la dermis actúa ante la experiencia del ataque apareciendo manchas en la piel. Los problemas también pueden llegar a ser coronarios, lo que sería de una mayor gravedad. En cuanto a los comportamientos que más se manifiestan son los de retracción o aislamiento.
De nuevo es importante tratar de identificar las causas que han dado origen a esta herida para trabajar en ello. Es importante aprender a ser felices en la soledad y aprender a usar la experiencia obtenida como trampolín para el futuro. También existen una serie de ejercicios que se pueden llevar a cabo.
La importancia de buscar ayuda profesional
Todas estas heridas pueden afectar de forma completamente diferente a cada persona. De la misma forma, cada persona es diferente y cuenta con diferentes orígenes que dan lugar al problema. Saber identificar esto de forma individual es algo que se puede lograr con ayuda profesional y esa es la primera parte que se debe llevar a cabo cuando se busca una sanación de la herida.
Con la ayuda profesional se consigue una perspectiva objetiva. El terapeuta puede trabajar desde una perspectiva externa y ayudar a la persona a comprender aspectos de sus problemas que de otra forma sería imposible tratar.
Así mismo, contar con ayuda profesional supone hacer uso de herramientas y técnicas que pueden ayudar a sanar antes y mejor a la persona. El terapeuta también puede brindar apoyo incondicional al individuo para que el proceso de sanación sea mucho más llevadero. Esto no solo acelerará el proceso de recuperación, sino que también facilitará que la persona adquiera nuevas habilidades que le ayuden en su día a día.
Contacta con nosotros si crees que tienes algún síntoma que se corresponde con una herida emocional y quieres tratarlo. Nosotros somos expertos en la sanación de estas heridas y hemos ayudado a muchas personas que ya siguen libres su propio camino sin heridas.
Contamos con la experiencia y conocimientos necesarios para ofrecerte el mejor tratamiento y lograr una pronta recuperación. Ponerte en nuestras manos es el primer paso que puedes dar para empezar a sentirte mucho mejor contigo mismo y superar todas esas heridas emocionales de la infancia.