Día mundial de la salud mental

No hay diferencia entre cuerpo y salud mental.

Van de la mano.

Hoy es un día importante. Para mí, de los más importantes ya que ponemos la mirada en la salud mental. Cuando una persona llega a la consulta, viene por un malestar emocional. Siente que ha perdido su centro y se encuentra en desequilibrio. 

 

Desde la mirada de la Gestalt, recibo y veo a esa persona como un ser bio-psico-social y espiritual” que está formado por varias partes y que, de base, tiene una serie de necesidades como ser humano y desde que es un bebé. Estás necesidades básicas 4: emocionales, físicas, cognitivas y sociales. A medida que nos desarrollamos, estas necesidades van cambiando y ampliándose. 

 

De tal manera, que para resolver ese desequilibrio emocional y encontrar el centro, trabajaremos y relacionaremos cada parte (bio-psico-social y espiritual) para poder satisfacer cada una de las necesidades mencionadas. Así, decimos que tratamos a la persona de forma integral y holística. En este artículo voy a hablarte de la importancia que tienen la parte psicológica/emocional, la corporal y cómo influyen entre sí. ¡Vamos a ello!

Parte psicológica y emocional:

Somos grandes buscadores de felicidad. La felicidad como tal no puede ser un estado permanente. Eso es lo que nos gustaría y genera gran frustración no obtenerla siempre. Nos han enseñado que hay emociones buenas y malas y, éstas, las malas no se aceptan, las rechazamos. El problema es que van a estar ahí y si las rechazamos pueden manifestarse de la peor manera si no les damos espacio y las aceptamos como una emoción más. Es por este motivo que los que nos dedicamos a la infancia le damos tanto valor a la validación de emociones en los pequeños, a enseñarles a aceptarlas y transitarlas, pero para ello nosotros las hemos de validar.

Salud mental

Contestar a esta pregunta nos lleva a pensar en la enfermedad o estados como puede ser la ansiedad o la depresión entre otros. Evidentemente hay que establecer un diagnóstico, pero hay muchas ocasiones en las que simplemente hemos de cambiar la mirada y cambiar el concepto de felicidad por el de bienestar con uno mismo o paz interior con el que sí conseguiremos momentos de felicidad y podremos transitar esas emociones que no nos gustan tanto como la tristeza o la rabia que forman parte de nosotros. 

 

Por otro lado, con este cambio adquirimos la responsabilidad de lo que nos ocurre sin echar balones fuera buscando soluciones fuera de nosotros como pueden ser pastillas, flores de Bach, masajes, acupuntura, etc. Y aquí me gustaría hacer una aclaración: todos estos tratamientos son necesarios y/o complementarios, pero no mágicos. Es decir, evidentemente que nos pueden ayudar a paliar o disminuir síntomas, sensaciones o emociones pero es necesario un trabajo personal de autoconocimiento para saber cuál es el origen de nuestro malestar. Si no vamos ahí, estamos tirando el dinero. 

 

Y, por último, con este cambio de mirada lo que conseguimos es cambiar la relación que tenemos con nosotros mismo imprescindible para nuestro bienestar emocional. Tendemos a maltratarnos y a exigirnos muchísimo ya que nos han enseñado a hacerlo así.

  • Traumas y heridas de la infancia. Razón por la que la relación con nosotros mismos está en horas bajas. Importantísimo tomar conciencia y trabajarlo. Los traumas y heridas de la infancia nos dan mucha información y respuestas sobre lo que nos ocurre hoy. 

 

  • La situación en nuestro presente. El día a día, estrés, negatividad, maternidad, paternidad, temas pendientes de resolver, trabajo, familia, etc.

 

  • Pensamientos negativos. Tenemos miles de pensamientos generan unas emociones. El problema es que esos pensamientos pasan rápido. Las emociones que generan suben, se mantienen un tiempo y posteriormente descienden y es en esas emociones en las que estamos enganchados y no conseguimos salir del bucle. 

 

  • Falta de límites. A nosotros mismos y nuestro entorno. 

 

  • No reconocer nuestras necesidades y no anteponerlas a las de los demás. Ya sé que suena un poco narcisista y es que todos tenemos una parte un poco así que es necesaria. Por las experiencias de vida y cómo nos han educado, ponerse en primer lugar es egoísta. No, no lo es. Ni siquiera en la maternidad. Para poder acompañar al otro, tú has de estar bien y con tus necesidades satisfechas en la medida de lo posible. Otro tema es que tampoco nos han enseñado a reconocerlas. 

 

  • Miedo. En muchas ocasiones no lo reconocemos ya que se disfraza de muchas maneras y puede llegar a limitarnos.

Éstas son algunas causas y puede haber muchas otras. Las que sean, llevan a nuestro cuerpo a manifestarse. Lo que me da pie a hablar de la parte biológica y corporal.

Parte biológica y corporal

Este malestar emocional genera un estado de estrés. El caso es que nuestro organismo está preparado para sostener momentos de alerta o huida puntuales en los que genera por un lado adrenalina que aumenta la frecuencia cardiaca y la tensión arterial y, por el otro, cortisol que aumenta los niveles de azúcar en la sangre, la actividad de la amígdala cerebral (almacén de emociones) y disminuye la actividad del hipocampo (almacén de la memoria). Un elemento que cobra mucha importancia es nuestro nervio vago que es un canal de unión entre nuestro cerebro y nuestros órganos ya que pasa por todos ellos y regula a quien los hace funcionar de una manera u otra que es el sistema nervioso parasimpático. 

 

Si lo que ocurre es que ese estrés se mantiene y se convierte en un estado, nuestras glándulas suprarrenales generan muchísimo cortisol que de forma crónica induce cambios en el cuerpo: a nivel gastrointestinal, neurológico, alteración en la tiroides, disminución del sistema inmunológico, muerte de neuronas en el hipocampo (zona de memoria y aprendizaje), cansancio, tristeza, apatía, y un largo etc. 

 

Por otro lado, hemos de saber que nuestro cuerpo tiene memoria y ha estado presente en momentos en los que tú no recuerdes o no seas consciente (memoria implícita) por tu temprana edad (ya en el útero). El trauma o procesos traumáticos, pueden hacer que olvides muchas imágenes donde lo has pasado mal. Es un mecanismo de protección. El caso, es que todo eso está ahí, en tu parte inconsciente y en tu cuerpo y en muchas ocasiones es la razón de tu malestar emocional que se manifiesta a través del cuerpo. De hecho, en terapia, podemos ir a una emoción a partir de cómo la sientes en tu cuerpo y encontrar su origen del problema.

Desde el punto de vista psicológico la somatización se entiende como un mecanismo de defensa inconsciente mediante el cual una persona sin proponérselo convierte el malestar emocional en un síntoma físico, desviando así la atención del conflicto psicológico que le genera ansiedad o cualquier otro síntoma. El gran problema es que como no hay razón médica para ese malestar (después de exámenes médicos y pruebas diagnósticas) genera un gran estado de preocupación, estrés, frustración, miedo, etc. que nos lleva al permanente estado de alerta o estrés.

 

Que el cuerpo y la mente están unidos, no hay duda. Por tanto, hay que escuchar a la mente y ver sus manifestaciones en el cuerpo y al revés ya que una lesión puede traer muchos problemas emocionales.

Salud mental

Igual que existen el cortisol y la adrenalina, la hormona por excelencia del bienestar y del amor es la Oxitocina que conocemos sobre todo por ser la hormona que se genera desde el embarazo y en el parto y participa activamente en la lactancia.

Por tanto, nuestro objetivo será generarla para disminuir poco a poco las hormonas del estrés. ¿Cómo? Con estas herramientas:

 

  • Ejercicio físico. Te invito a que hagas el que te gusta evidentemente y también a que te informes sobre todos los beneficios de caminar como de ejercicio (no de paseo o shopping). Te vas a sorprender.
  • Meditación (formal o informal) o Mindfulness. Aquí y ahora, atención plena, aceptar el momento presente, ver tus pensamientos sin juicio y dejarlos ir, presencia, respiración como ancla, no dejar la mente en blanco, etc.
  • Yoga. Tanto para el cuerpo como para la mente. 
  • Rodéate de personas que sumen y no que resten. Como dice Marian Rojas Estapé, “personas vitamina”.
  • Trabajo personal y autoconocimiento. Te ayudará a autorregularte.
  • Aprender a reconocer lo que necesitamos. 
  • Automaternaje. Es una metáfora que utilizamos en Gestalt para el autocuidado, ver cómo te hablas y tratas y transformarlo. 
  • Positivismo.
  • Compasión y autocompasión.
  • Asertividad.
  • Objetivos a corto plazo.
  • Inteligencia emocional.
  • Etc.

La lista puede ser muy larga y como ves, hay muchas cosas que podemos hacer para generar Oxitocina y sentirnos bien. En otro artículo te hablaré de la parte social  y espiritual retroalimentadas por cuerpo y mente. 

 

Espero haberte podido ayudar a ver la importancia de la salud mental y la relación con nuestro cuerpo.

Te mando un fuerte abrazo.

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