Una de las terapias más particulares que existe y que ayuda a muchas personas cada año es la Terapia Gestalt. Esta terapia es una herramienta de lo más poderosa para todos aquellos que quieran lograr un mayor entendimiento de sí mismos y vivir una vida mucho más plena y auténtica.
A pesar de que esto pueda sonar algo generalista, lo cierto es que la Terapia Gestalt en Barcelona se lleva a cabo para dar solución a muchos problemas diferentes. Gracias a la Terapia Gestalt no solo se pueden controlar mejor las emociones, sino que se pueden tratar otros problemas como la ansiedad o la depresión, la baja autoestima, traumas, incluso se pueden tratar las dificultades que experimenta una persona a la hora de relacionarse.
Esta terapia se puede llevar a cabo mediante las Polaridades y, en este caso, cabe afirmar que existen miles de polaridades diferentes. Dependiendo de las necesidades de la persona se pueden trabajar unas polaridades u otras para lograr los beneficios anteriormente mencionados.
¿Qué son las polaridades en la Terapia Gestalt?
Cuando hablamos de las polaridades en la Terapia Gestalt hablamos de dos fuerzas completamente opuestas que coexisten dentro de las personas. Todas estas polaridades forman parte de nosotros y es que, cada parte de nosotros tiene su propio opuesto.
Realmente esto es algo de lo que se lleva hablando muchos años, ya que está basado en el famoso ying y el yang. La propia Terapia Gestalt concibe al individuo como una secuencia interminable en la que se suceden dichas polaridades. No todas las polaridades aparecen en un momento dado, sino que algunas son latentes y se presentan más adelante.
Terapia de la polaridad
La terapia de la polaridad de Gestalt ayuda al individuo a no caer en el extremo de sus emociones, sus sensaciones o necesidades. Esta terapia se puede llevar a cabo si la persona siente, por ejemplo, que es demasiado severa, apática, iracunda… En estas sesiones de terapia se puede trabajar con personas a las critican de ser demasiado duras o blandas y el objetivo es tratar de gestionar ambas polaridades.
Con la terapia de la polaridad de Gestalt se ayuda a la persona a adquirir una posición intermedia. La vida no es algo sencillo y las relaciones humanas son mucho más complicadas de lo que parecen. Con esto queremos señalar que, a lo largo de la vida, es fácil encontrarse con personas que tienen toda clase de personalidades, desde algunas más duras e impositivas hasta otras más sumisas.
Gracias a la terapia de la polaridad se trabaja mucho esa dualidad. En esta terapia se enseña a la persona que, cuando sea necesario, se dé rienda suelta a esa actitud que se encuentra en un polo, mientras que también se debe trabajar el polo completamente opuesto cuando sea necesario.
Básicamente con esta terapia de la polaridad se busca un tono vital mediante el cual se consiga disfrutar mucho más de la vida sin olvidar defenderse cuando sea necesario.
Ejemplos de polaridades en Gestalt
Para entender mejor las polaridades en Gestalt podemos ver algunos ejemplos. Una de las más habituales es el amor odio, ya sea la capacidad de amar profundamente o la experiencia del rechazo y la ira.
Otro ejemplo tiene que ver con la dependencia y la independencia, desde la necesidad de conexión por parte de unas personas hasta el propio deseo de autonomía que buscan otras. Habrá algunas personas que busquen la aprobación de los demás, mientras otras mostrarán problemas para expresar su propia opinión y les costará más tomar decisiones de forma independiente.
La tendencia a ceder o imponer nuestra voluntad tiene que ver con la polaridad pasivo agresivo. Encontrar el equilibrio entre ambos polos facilita a la persona poder mostrar sus necesidades de forma asertiva.
Para finalizar con los ejemplos, también cabe señalar el interior y exterior. Esto tiene que ver con la conexión en la mente de los pensamientos y sentimientos además de la forma con la que tratan con el mundo exterior. Si existe un desequilibrio se puede llegar al aislamiento excesivo o a una desconexión entre nosotros mismos.
Polaridades comunes en la vida cotidiana y relaciones
Una de las razones por las cuales la Terapia Gestalt tiene mucho éxito es que existen una gran cantidad de polaridades comunes dentro de la vida cotidiana y relaciones. Es muy importante saber gestionar estas polaridades ya que se pueden desatar muchos conflictos dependiendo de las decisiones.
Algunas de las polaridades que se pueden trabajar en este aspecto es la relación entre la cercanía y la distancia. Es necesario saber qué momentos son de intimidad y en qué momentos se pueden buscar algo más de cercanía. Estos aspectos son fundamentales en cualquier relación sin que sea la necesidad de ser amorosa.
En las relaciones también se pueden gestionar polaridades como dar y recibir o control cesión. Dentro de una relación sana se debe encontrar el equilibrio sobre quién toma las decisiones y quién cede, ya que esto puede provocar ciertas tensiones.
El Proceso de integración de polaridades en la Terapia Gestalt
Podemos resumir el proceso de integración de polaridades en la Terapia Gestalt a través de cuatro pasos fundamentales.
El primer paso sería la toma de conciencia. Durante este paso es fundamental identificar las polaridades presentes en la vida de la persona y, a través de ciertos ejercicios, conocer las sensaciones que una persona experimenta teniendo en cuenta las experiencias asociadas a cada polo.
El segundo paso tiene que ver con la experimentación. En este paso a la persona se le invita a experimentar de forma activa cada uno de los polos. En la Terapia Gestalt se enfatiza la importancia de conectar las sensaciones corporales con cada polo, ya que facilita la comprensión de las respuestas emocionales y físicas a cada extremo de la propia polaridad.
En el tercer paso se encuentra la aceptación. En este paso, el terapeuta Gestalt ayudará al paciente a validar y aceptar los aspectos positivos y negativos de cada polo. Es muy importante en este paso no juzgar ni tampoco reprimir ninguna parte de la persona. Además de esto, es necesario comprender la función de cada polo, por ejemplo, saber qué miedos se protegen, qué necesidades se satisfacen o qué es lo que causa tanto rechazo.
El último paso tiene que ver con la integración. En este paso se buscará el equilibrio entre ambos polos sin que haya que eliminar uno en favor de otro. Lo que se busca en este paso de integración es aprender a coexistir con ambos polos de la forma más armoniosa y sencilla para la persona. Aquí se buscará crear un nuevo centro desde el que se pueden experimentar ambas polaridades sin que la persona pierda el equilibrio emocional.
Beneficios de trabajar las polaridades en la Terapia Gestalt
Trabajar la Terapia Gestalt tiene muchos beneficios para la persona. En primer lugar, se consigue una mejora en la autoconciencia del individuo. Al identificar cada una de las partes del mismo se consigue obtener una visión mucho más completa y realista sobre la personalidad de la persona. Esto facilita la aceptación de la complejidad y, con ello, lograr una mayor claridad.
La Terapia Gestalt también ayuda a las personas a relacionarse mejor con el exterior. Con esta terapia se logra una comunicación mucho más efectiva, lo que mejora las relaciones sociales y también una empatía. Además, las personas que trabajan la Terapia Gestalt también mejoran a la hora de resolver los conflictos, ya que pueden gestionar y comprender mucho mejor sus polaridades.
Uno de los aspectos más beneficiosos de trabajar con la Terapia Gestalt es que se consigue también mejorar el desarrollo personal. La Terapia Gestalt ayuda a lograr una mayor conciencia corporal, un aumento de la autoestima y también mejora la autonomía de la persona. Esto se consigue al tomar conciencia de las propias necesidades y deseos.
Todos estos aspectos los podemos generalizar en uno solo, mayor bienestar general. Con la Terapia Gestalt el individuo aprende a vivir en armonía con sus polaridades, lo que posibilita experimentar un mayor bienestar físico, emocional y mental.
Mediante este proceso transformador la persona adquiere un mayor nivel de autoconocimiento y realización personal. Con esta terapia no solo se pueden acabar con ciertos problemas, sino que uno aprende a vivir mejor consigo mismo y, por lo tanto, es mucho más fácil encontrarse feliz después de haber superado la terapia.