La retroflexión es un término muy importante que se utiliza con frecuencia en la Terapia Gestalt. Uno de los principales problemas es que la retroflexión se puede dar de forma patológica y, si eso sucede, es importante contar con una buena Terapia Gestalt Barcelona para poder solucionar ese problema.
Muchas personas sufren la retroflexión como un problema sin saber realmente de qué se trata o de si tiene solución. En este artículo vamos a profundizar mucho más sobre esta retroflexión para ver cómo puede afectar a las emociones del individuo y, si te sientes identificado, te pongas en buenas manos cuanto antes.
Definición de retroflexión
La retroflexión es un proceso psicológico que la Terapia Gestalt explica como la inhibición de la acción dirigiéndola a uno mismo. Cuando hay una retroflexión el sujeto se convierte en el objeto de su propia acción, básicamente, se hace a sí mismo lo que querría hacerle a otro o se hace a sí mismo lo que querría que otro le hiciera.
Cuando se produce en su forma patológica es cuando evitamos enfrentarnos al ambiente conduciendo la pulsión hacia nosotros mismos. Esta reflexión suele surgir como una renuncia o una incapacidad para actuar sobre el mundo. Veamos mejor qué es la retroflexión mediante algunos ejemplos.
Uno de los ejemplos más habituales es cuando sufrimos un dolor de cabeza debido a una situación en concreto. Un rechinar de dientes ante una situación incómoda también es síntoma de retroflexión o sufrir una úlcera debido a una situación desagradable.
En esencia, la retroflexión cuenta con una función de seguridad personal, por lo que no siempre supone un problema. De hecho, la retroflexión puede ser importante en ciertas situaciones en donde exponer la rabia de la persona puede ser perjudicial para esta. Una retroflexión sana sería cuando se da dentro del autocontrol y la disciplina de la persona.
¿Cómo se manifiesta la retroflexión en la vida diaria?
La retroflexión se manifiesta en la vida diaria de las personas de muchas formas diferentes. En las relaciones personales se puede manifestar mediante la idealización de la pareja. La persona tiene a su pareja en un pedestal y es capaz de aceptar situaciones o comportamientos inaceptables con tal de contentarla o no perderla.
También se manifiesta habitualmente cuando se expresan emociones con dificultad. En esencia, no se trata necesariamente de una dificultad en sí, sino que también se produce cuando se reprimen sentimientos como la tristeza o la ira para evitar una conversación complicada o un conflicto.
En el ámbito laboral también se puede dar cuando una persona se exige demasiado a sí misma o cuando tiene dificultades para decir que no, lo que influye directamente en el comportamiento y bienestar de uno mismo.
La retroflexión también se manifiesta en la salud como hemos visto antes con los dolores de cabeza. En ocasiones se pueden somatizar los síntomas convirtiendo las emociones reprimidas en síntomas físicos como este dolor de cabeza.
Causas y origen de la retroflexión
Como algunos otros problemas psicológicos la retroflexión tiene sus raíces en experiencias tempranas.
Estas experiencias pueden deberse a castigos durante la infancia, problemas con los padres que no han procurado un entorno seguro a sus hijos, miedo al rechazo, experiencias traumáticas y, en otros casos, debido a normas sociales y culturales.
Consecuencias de la retroflexión en la salud emocional
Es muy importante llevar a cabo una terapia emocional para tratar de evitar en la medida de lo posible las consecuencias de la retroflexión en la salud emocional.
Una de las consecuencias más comunes es la baja autoestima del individuo. Cuando hay una autocrítica constante y se tiende a culparse a sí mismo constantemente se contribuye a generar una imagen negativa de uno mismo.
Otra consecuencia es el aislamiento social. Las personas que sufren las causas de la retroflexión suelen tener un comportamiento más solitario o pueden experimentar un bloqueo emocional a la hora de relacionarse. Este problema acaba por aislar socialmente a la persona con las consecuencias que todo eso supone, por ejemplo, disfrutar de relaciones sanas.
La retroflexión también puede llevar a la ansiedad y, en los casos más preocupantes, a la depresión. Cuando se reprimen las emociones o existe cierta dificultad a la hora de llevar a cabo las expresiones es fácil caer en estos trastornos de ansiedad.
Tratamiento de la retroflexión en Terapia Gestalt
La Terapia Gestalt puede ayudar ofreciendo un enfoque único para abordar la retroflexión. Esta terapia lo puede lograr a base de diferentes pasos, siendo el primero de ellos la concienciación. La Terapia Gestalt ayuda al paciente haciéndole tomar conciencia de sus patrones de retroflexión. Mediante las técnicas Gestalt, el terapeuta ayudará al paciente a identificar aquellos momentos en los que está sufriendo retroflexión.
Gracias a la Terapia Gestalt se pueden llevar a cabo ejercicios para que el paciente libere sus emociones y necesidades reprimidas, ya que son aquellas las que pueden producir dicha retroflexión.
Mediante la Terapia Gestalt se ayuda al paciente a tomar una mayor conciencia sobre la creación de sus propias experiencias y, por lo tanto, a cambiar todos aquellos patrones que no le sirven para evitar todos esos impulsos reprimidos. En esta terapia se puede trabajar también el diálogo interno como el lenguaje corporal para que la persona busque e identifique los pensamientos negativos y autocríticos que provocan la retroflexión.
Básicamente, la Terapia Gestalt cuenta con sus propias herramientas y técnicas específicas para tratar este tipo de problema en concreto. Desde crear situaciones terapéuticas que permiten al individuo expresar emociones de forma segura hasta el uso de juegos de roles o de la técnica de la silla vacía entre otras.
Cómo el centro de terapias Gestalt en Barcelona puede ayudar
Mediante la Terapia Gestalt podemos ayudarte en nuestro centro para lograr la sanación emocional que tanto necesitas. Acabar con este bloque es fundamental para el desarrollo personal y evitar los problemas anteriormente mencionados.
No solo se trata de poder llevar a cabo la Terapia Gestalt necesaria, sino que esta sea llevada a cabo por terapeutas profesionales y con experiencia para que los resultados sean los deseados. En nuestro centro de terapias Gestalt podrás dejar atrás la retroflexión y tener una mayor conciencia de tus pensamientos, emociones y sensaciones.
Superar el problema que supone sufrir retroflexión te ayudará a desarrollar mejores habilidades de comunicación. Esto no solo te abrirá nuevas puertas profesionales, sino que acabarás con tus emociones bloqueadas, tendrás un mayor control emocional y podrás tener mejores relaciones saludables.
Con nosotros mejorarás tu capacidad para enfrentar el cambio y afrontar los mayores desafíos de tu vida. Este cambio es fundamental para lograr toda una serie de cambios positivos que te ayuden en el futuro evitando tensión emocional y tomando las riendas de tus propias emociones.
Gracias a la Terapia Gestalt que te proporcionamos con nuestra ayuda profesional mejorarás tu autoestima al ser consciente de tus propias fortalezas, por lo que aprenderás a valorarte mucho más mejorando tu desarrollo interior y a sentirte mejor contigo mismo.
Contacta con nuestro centro de Terapia Gestalt Barcelona para que descubras cómo podemos ayudarte. Con nosotros estarás en las mejores manos y podrás dejar atrás el problema de la retroflexión.
Cómo salir del círculo dramático
Gracias a la Terapia Gestalt y con un poco de esfuerzo es posible salir de este círculo dramático y lograr la autoconciencia emocional. Para salir de este triángulo emocional hay que llevar a cabo una serie de pasos.
El primer paso para salir del Triángulo Dramático consiste en identificar el rol que se ocupa dentro del triángulo emocional. Este juego de roles es fundamental ya que no es lo mismo sentirse la Víctima o el Salvador y, para lograrlo, hay que prestar atención a cómo se está actuando con los demás. Una vez que se tiene claro el rol que se ocupa hay que aceptar la responsabilidad, es decir, reconocer que existe un papel que se está interpretando dentro de este círculo del que está provocando dicho comportamiento reactivo.
Expresa tus emociones sin culpar a los demás y también presta atención a lo que los demás tienen que decir sin interrumpirlos. Practicar la comunicación asertiva puede ayudar bastante, ya que ayuda a reconocer los sentimientos de los demás y también saber de su derecho a mostrar o decir lo que sienten.
Uno de los problemas que surge a la hora de estar dentro del Triángulo de Karpman es la dificultad que existe a poner límites, por este motivo, es importante tratar de definir los límites que uno está dispuesto a tolerar y los que no. Para establecer estos límites lo más fácil es expresar los límites de forma respetuosa, pero firme. Debes hacer que los límites se cumplan y, en el caso de que no sea así, establece consecuencias claras, por ejemplo, dejar de tener relación con esa persona.
Desarrollar la autoestima también ayuda a salir de esta dinámica dramática. Para fortalecer tu autoestima piensa en tus fortalezas y acepta que tienes unas limitaciones, no debes sentirte nunca mal por aquello que no está en tu mano o no puedes controlar.
Finalmente, una de las formas más prácticas de poder salir del Triángulo Dramático de Karpman es buscando apoyo. Este apoyo lo puedes encontrar con alguien de confianza, por ejemplo, con la familia o con los amigos o también puedes buscar apoyo profesional. Profesionales de confianza te pueden ayudar a salir de este triángulo mediante terapias como la terapia Gestalt, por lo que es importante buscar ayuda cuanto antes para no sufrir las consecuencias que se derivan de permanecer dentro del triángulo.